¿Cuál fue el primer chiste de la historia?
Muchos imaginamos que esta interrogación ha surgido en cualquier reunión familiar o en una salida con amigos. Hay un estudio de una prestigiosa universidad en el Reino Unido que ha aclarado tal curiosidad y nos referimos a un conjunto de académicos de la Universidad de Wolverhampton que lo estudiaron y analizaron.
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Te asombrará saber cuál es el primer chiste de la historia
Lo cierto es que el primer chiste fue obra del pueblo sumerio y tiene casi 4.000 años de antigüedad.
Este pueblo existía en lo que hoy conocemos como el sur del territorio Iraquí y este data del año 1900 a.C., de hecho, es el primero de la lista de los 10 chistes más antiguos según el catedrático Paul McDonald, que fue el que publicó la investigación.
Este considera que la burla en cuestión actualmente parecerá machista e incomprensible, pero que era una expresión muy usada en aquel tiempo y que se refería a las flatulencias de una mujer que estaba cerca de su pareja.
Este exponía textualmente y según la traducción como que una mujer joven estando encima de las rodillas de su marido se echó un pedo, siendo este el primer chiste escatológico.
Otra broma que ocupa el segundo lugar de la misma lista tiene según los conocedores un gusto dudoso. Se originó en el año 1600 a.C.
El tema hablaba sobre un faraón que aparentemente era el Rey Snofru y este decía de la siguiente manera: «¿Cómo distraer a un soberano tedioso? Bordeas el río Nilo con una embarcación repleta de tiernas y lozanas hembras cubiertas únicamente con mallas de pesca y le exiges al monarca que agarre a uno de los pescados”.
Los expertos opinan sobre el primer chiste
Según el profesor Paul McDonald los chistes han variado con los años y antiguamente eran acertijos, adivinanzas o proverbios, teniendo otros forma de cuestionamiento / refutación. Lo que sí se sabe es que todos conllevaban una parecida característica, es decir, provocar con ciertos tabúes o expresar una rebeldía.
Otro chiste antiguo decía: “Era un trío de aldeanos que vivían en una ciudad de Mesopotamia, el primer campesino tenía un bovino, el segundo era dueño de un becerro y el tercero poseía un coche; los tres tenían mucha sed, pero el primero no buscaba el vital líquido porque estaba aterrado por una fiera cercana que podía devorarse al mamífero.
El amo del becerro menos deseaba abandonarlo, temía que su animal se extraviara en la soledad de las arenas. El señor del coche no fue por agua, pues cuidaba su carga. Decidieron acompañarse mutuamente.
Mientras caminaban, el animal del segundo dueño quedó embarazado del bovino, de ambos surgió un novillo que se consumió la totalidad del cargamento que estaba en el transporte. Pregunta: ¿Quién era el amo del novillo?”
Este data de la época antes de Cristo aproximadamente más de mil años: “La mujer que no veía por un ojo y llevaba 20 años de matrimonio. En una oportunidad escucha cuando el esposo le manifiesta me separo de ti, ya ni ves por ese ojo, vives en completa ceguera. Y la mujer le contestó: ¿Vienes a observarlo después que llevas dos décadas casado conmigo? ”.
La broma británica más antigua se originó en el siglo X, la misma mostraba ese aspecto pícaro de los anglosajones y vale la pena mencionarla: «¿Qué cuelga del muslo de un hombre y quiere meterse en un hoyo en el que a menudo se mete algo? Respuesta: Una llave».
Seguramente que la primera broma conocida tradicionalmente así como las bromas iniciales han sido al día de hoy consideradas poco ingeniosas, pero para las personas de esa época eran de lo más divertidas. Una situación con disposición al agrado o sentido del humor.
La tradición de cada país va muy ligada a su humor, un ejemplo es la influencia en España de sus juegos populares en el humor. Donde da un toque característico a su sociedad.
Definitivamente el humor, atrevimiento e insolencia siempre están asociados
Sabemos que reír es quebrantar una norma. Cuando se busca un tema de conversación y lo transformamos en un chiste que se repite entre los asistentes añadiendo esa chispa de gracia que altera el ambiente y nos mueve ese lado sarcástico que los seres humanos empleamos muy bien, la narración cobra vida y el ingenio se pone en práctica hasta hacer soltar la risa del interlocutor.
Al fin y al cabo la función de un chiste u ocurrencia graciosa que exprese de manera espontánea una historia corta o un dicho, es propiciar la risa en los receptores.
Es por eso que debe reunir unas particularidades como la concisión, una situación lúdica, escasos personajes y el efecto sorpresa. Además, se deben utilizar distintas técnicas como las alusiones burlescas o el doble sentido para incitar el carcajeo.
La innovación del chiste en los grandes humoristas
Uno de los grandes humoristas de los últimos tiempos llamado Jerry Seinfeld, llenaba páginas creando tan sólo un sketch de cinco segundos, con el mismo, hacía delirar a sus amigos y al público en general. Por su parte, el prosista inglés Wodehouse completaba 200 anotaciones de las que elegía con rigor apenas cinco sutiles expresiones y redactaba una historia.
Todo un proceso creativo, con humor y cierto juicio. Aunque sea contradictorio o banal, cada artista se ocupa con vehemencia en una proposición que traspasa paredes mentales, pero que en poco tiempo después deriva en la risotada o el aplauso.
Finalmente, el chiste es intrínseco a la cultura oral de la sociedad. Su duración en el tiempo obedece a la transferencia de un individuo a otro y de generación en generación, sobre todo que tenga la capacidad de forjar en el hombre una risa espontánea. La actitud en este caso es muy importante.